Inglaterra.- Lanzó el primer sencillo de su nuevo álbum, el rítmico "Too Good at Goodbyes", y no puso su rostro en el arte del sencillo ni hizo mucha promoción en televisión. Sentía que había reingresado al mundo de las celebridades sin tener que lidiar con el drama usual que conlleva ser famoso.
Pero dos meses después, cuando lanzó el álbum completo, las cosas cambiaron y comenzó a alterarse.
“Me molestó mucho porque fue de la noche a la mañana. Tan pronto salió el álbum, todo el mundo me empezó a reconocer de nuevo y eso me asusta”, dijo Smith días después de que su segundo disco, "The Thrill of It All", saliera al mercado. "Cuando la fama se vuelve loca otra vez, trato de recordar lo que soy. Soy un cantante, soy un compositor. Estoy aquí para hacer música, no quiero alimentar el chisme”.
Esa ha sido la mayor dificultad para el cantante desde que logró el éxito, el equilibrio entre Sam la celebridad, un veinteañero normal que tiene que vivir su vida rodeado de cámaras, y Sam el cantante, quien simplemente quiere interpretar las canciones que ha escrito sobre su vida.
Smith se hizo famoso casi tan pronto como irrumpió en la escena musical. En Europa fue con "Latch", una pieza electrónica con Disclosure, y en Estados Unidos con "Stay With Me", galardonada con los premios Grammy a la canción y grabación del año en 2015.
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