Con una camisa azul y una gorra roja, un hombre —aún no identificado— ha logrado estafar a por lo menos tres personas en distintas ciudades del estado de Veracruz, haciéndose pasar por dueño de cafeterías y restaurantes. Su modo de operar se basa en la confianza, las apariencias y el engaño: finge ser un empresario ocupado, amable y con negocios prósperos, para luego desaparecer con el botín.
Primer caso: falso dueño de restaurante
El primer caso ocurrió el 6 de julio, cuando una mujer que vendía un iPad valuado en 14 mil pesos fue contactada a través de Facebook Marketplace por una cuenta con el nombre Isabella Villa. Al entablar conversación, ella compartió su número de teléfono, y quien respondió fue el estafador.
“Me dijo que le interesaba el iPad, pero que no podía moverse porque tenía que atender sus negocios”, relata la víctima. El hombre la citó en lo que aseguró era su restaurante. Una vez ahí, la recibió con amabilidad, le ofreció café, jugo e incluso comida, mientras daba órdenes al personal como si realmente fuera el dueño del lugar.
“Agarró el iPad y se lo llevó al mostrador. Pasaron unos minutos y no regresaba”, cuenta. Al preguntarle al personal, descubrió que no lo conocían y que no trabajaba allí. Había sido robada.
Reaparición en Huatusco: cambia monedas por billetes
Tres días después, el mismo individuo reapareció en Huatusco. Esta vez se acercó a una pescadería y, con el argumento de necesitar cambiar ocho mil pesos en monedas, convenció a los empleados de entregarle el dinero en billetes. Dijo que iría por la morralla… y jamás volvió.
Nuevo engaño en Coatepec con cafetería falsa
El pasado jueves, intentó una variante del mismo truco en Coatepec, haciéndose pasar por el propietario de la Cafetería Ramírez. Ofreció a empleados de una tienda cambiarles 8 mil pesos en monedas, una oferta atractiva para quienes siempre requieren cambio. Los citó en el café, les pidió el dinero y los hizo sentarse en una mesa, preguntándoles incluso si deseaban algo de “su cafetería”. Minutos después, se marchó y, cuando preguntaron por él, el verdadero dueño de la cafetería les dijo: “El dueño soy yo”.
Llamado a la ciudadanía
Las víctimas coinciden en su descripción: “Llega con mucha confianza, saluda, pregunta los nombres, como si fuera parte del lugar”.
Los afectados hacen un llamado urgente a las autoridades y a la ciudadanía: si alguien reconoce a este sujeto, que lo denuncie. “No es justo que este hombre vaya por la vida estafando a los demás”, concluyen.
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Las autoridades del estado de Veracruz no han emitido hasta el momento una ficha oficial del presunto estafador ni han confirmado si ya existe una carpeta de investigación abierta. Sin embargo, este tipo de fraudes, basados en el engaño presencial y el abuso de confianza, se encuentran tipificados en el Código Penal del Estado de Veracruz, artículo 232, el cual contempla penas de entre 3 meses y hasta 6 años de prisión, además de multas, para quien obtenga un beneficio económico mediante el uso del engaño o artificios para sorprender la buena fe de una persona.
De acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado de Veracruz y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante el primer semestre de 2025 se han registrado más de 3,400 carpetas de investigación por fraude en la entidad, siendo Xalapa, Veracruz puerto, Córdoba y Coatzacoalcos los municipios con mayor incidencia. La modalidad más común es el fraude por redes sociales, seguido de fraudes cometidos en establecimientos comerciales.
El uso de plataformas como Facebook Marketplace ha incrementado exponencialmente las posibilidades de fraude. Según cifras del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), más del 60% de los casos reportados en 2024 por delitos digitales en México involucraron redes sociales como canal inicial de contacto, siendo Facebook la más usada para cometer estafas con objetos de compraventa. Especialistas en ciberseguridad recomiendan verificar perfiles, evitar transacciones en solitario y reunirse siempre en espacios públicos o con acompañamiento.
Hasta el momento, ninguna de las tres estafas documentadas ha sido formalmente relacionada por autoridades como parte de una misma cadena delictiva, pero el patrón común sugiere una operación deliberada con conocimiento de rutinas y contextos locales. La repetición del modus operandi en distintas ciudades en un periodo breve sugiere movilidad regional del sujeto y conocimiento de dinámicas comerciales locales, lo cual podría ser clave para su identificación.
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