Los capibaras o chigüiros, como se conocen en Colombia, están en la mira del país sudamericano, pero no por la popularidad que han obtenido durante el último año, sino porque la caza ilegal de estos animales es una problemática que ha discutido el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en ese país.
En julio, la ministra Lena Estrada Añokazi, afirmó que la posibilidad de regular su caza estaba descartada; sin embargo, tras su renuncia, el tema ha vuelto a debatirse, debido a que algunos científicos y políticos defienden la caza comercial de "los animales más amistosos del planeta".
¿Qué se sabe sobre el tema?
El Ministerio de Ambiente colombiano declaró en julio que no existía ninguna normativa que permitiera la caza comercial de las especies, como respuesta ante una polémica que señalaba la posibilidad de regular la venta, situación que preocupó a animalistas del país.
La ministra Lena Estrada explicó que lo ocurrido el 12 de junio fue "un ejercicio técnico de carácter interno, basado en estudios científicos", debido a que la institución sí se reunió para debatir un tema que lleva más de 20 años explorándose, pero que no determinaron lo que se especuló.
En 2001, el Consejo de Estado realizó un fallo que le ordenaba al Ministerio de Ambiente desarrollar un modelo de manejo sostenible para la especie orientado hacia la caza comercial y no zoocría en ciclo, de acuerdo con el comunicado de la entidad.
El chigüiro es un animal que habita en las sabanas de la Orinoquia colombiana, y expertos señalaban, en ese tiempo, que era difícil manejar a la especie en cautiverio.
La discusión se ha transformado durante las últimas dos décadas, el Ministerio remarcó que consideran a los capibaras como "seres sintientes", por lo que han modificado la visión respecto a la especie y ahora "contemplan una mirada más amplia, holística e intersectorial para abordar la discusión".
Sin embargo, el debate de junio también consideró la comercialización, ya que especialistas evaluaron "la compatibilidad de un aprovechamiento sostenible sobre una eventual caza comercial y atendiendo el marco de referencia de bienestar animal", apunta el texto.
Sin embargo, tras analizar todas las opciones, y basándose en el Plan de Desarrollo del Gobierno del Cambio, el Ministerio determinó que la caza comercial no era viable, por lo que "cualquier discusión alrededor de la especie debe velar por su conservación y protección".
“La prioridad del gobierno es el cuidado de la vida y en este caso garantizar la conservación y el trato digno de esta especie emblemática de nuestra fauna silvestre”, afirmó Estrada.
El panorama podría cambiar
La ministra Estrada Añokazi presentó su dimisión a principios de agosto, en medio de un paro campesino y minero en Boyacá, que exige mejoras laborales. Ante ello, el presidente Gustavo Petro determinó que Irene Vélez, quien fungía como directora de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), asumiría el liderazgo del Ministerio de Ambiente.
Esta situación podría significar el cambio para algunos de los decretos estipulados en la administración de Estrada; entre ellos, podría estar la caza comercial de los capibara, debido a que científicos siguen defendiendo su legalización.
De acuerdo con El País, investigaciones hechas por especialistas demuestran que permitir la caza de entre el 5 y 10 por ciento de su población no afecta su composición general. Debido a que parte de su población muere cíclicamente a causa de las sequías, y que se puede promover el uso sostenible de su carne, huesos o piel, en cumplimiento del Convenio de Diversidad Biológica que firmó el país en 1992.
Por ello, los defensores de la decisión, ven en ella la posibilidad de controlar una actividad que se realiza ilegalmente.
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