La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señalaron que la lactancia materna está en amenaza, pues los sistemas de salud se están debilitando como resultado de la crisis del coronavirus o COVID-19 y la situación ha sido aprovechada por la industria de sustitutos de leche materna.
“El temor a la transmisión de COVID-19 está eclipsando la importancia de la lactancia materna, y en muchos países las madres y los bebés se están separando al nacer, lo que hace que la lactancia y el contacto piel con piel sean difíciles, sino imposibles. Todo sobre la base de ninguna evidencia.
Mientras tanto, la industria de alimentos para bebés está explotando los temores de infección, promoviendo y distribuyendo fórmulas gratuitas y consejos engañosos, alegando que las donaciones son humanitarias y que son socios confiables ", dice Patti Rundall, del Consejo Global de IBFAN.
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