Un francotirador del Batallón de Operaciones Especiales (Bope), policía élite de Río de Janeiro, Brasil, abatió a un hombre enmascarado que tres horas antes había secuestrado un autobús público, el cual amenazó con incendiar.

Alrededor de las 05:30 h, el individuo subió al autobús y sobre el puente Río-Niteroi, que une ambas ciudades, hizo que el conductor se detuviera e inició la toma de rehenes.

La portavoz de la Policía de Carreteras Federal, Sheilla Sena, dijo a los periodistas que según los primeros testimonios el hombre se identificó como policía militar, “poniendo a los pasajeros en peligro al amenazarlos que iba a incendiar el autobús, pero se desconoce cuál es el propósito real”.

La Policía Militarizada (PM), negoció la rendición del secuestrador, quien se cree actuó de forma premeditada.

El secuestrador dejó ir, casi dos horas después, a cuatro mujeres y dos hombres, todos adultos y liberados de forma individual y paulatina, al tiempo que lanzó un objeto incendiario desde el interior del autobús para ratificar sus amenazas.

El portavoz de la PM, Mauro Fliess, dijo que en total eran 37 rehenes. En una de las veces que el sujeto salió del vehículo, un francotirador del Bope le disparó en repetidas ocasiones.

Pasadas las 09:00 h local, el primer ministro Wilson Witzel informó que el hombre murió de camino al hospital tras recibir impactos de bala, en tanto que ningún rehén resultó herido, aunque algunos presentaron crisis nerviosas y una mujer se desmayó.

Durante la movilización policiaca, el tránsito en ambos sentidos sobre el puente fue cerrado, provocando enormes filas de vehículos varados.

Sobre el secuestrador, se sabe que portaba un arma de juguete con la cual amagó a los rehenes, un cuchillo y un bidón de gasolina para quemar la unidad desde dentro.

LÓPEZ DÓRIGA