

Veracruz, Ver.- El puerto de Veracruz registró una afluencia masiva en sus cementerios este fin de semana de noviembre, con motivo de la conmemoración del Día de los Muertos.
Tan solo el Panteón Jardín Veracruzano se estimó la visita de 35 mil personas, mientras que el Panteón Municipal también reportó el ingreso de miles de ciudadanos desde la apertura de sus puertas a las 8:00 horas.
Familias enteras se congregaron alrededor de las tumbas para convivir con sus difuntos, transformando el luto en una celebración. Los visitantes arribaron cargados con flores de cempasúchil, palas, escobas, alimentos, bebidas y bocinas. Casos como el de Luis Enrique, quien recordó a su esposo entre música e incienso, o la familia Najera, que compartió alimentos y enseñanzas junto a la lápida de su padre, ejemplificaron el fervor de la tradición jarocha.
La fecha también activó una significativa economía informal. En el Panteón Jardín, aproximadamente 30 hombres ofrecieron servicios de limpieza de lápidas y remoción de escombro. Las tarifas por estos trabajos oscilaron entre los 80 y 150 pesos, dependiendo de las condiciones del sepulcro, realizando un promedio de 10 a 15 servicios por jornada durante el 1 y 2 de noviembre.
Paralelamente, las calles aledañas se convirtieron en un foco de comercio. Decenas de vendedores ambulantes ofrecieron alimentos, aguas frescas, fritangas y, principalmente, flores. Asimismo, asesores de diversas agencias funerarias aprovecharon la alta concurrencia para promover planes de previsión entre los asistentes.
La masiva concurrencia convirtió las vialidades cercanas a los panteones Jardín y Municipal en extensos estacionamientos. El arribo constante de vehículos desde temprana hora obligó a miles de visitantes a caminar largos tramos cargados con sus ofrendas y enseres de limpieza para llegar a los accesos.
Para gestionar la situación, se desplegó un operativo especial. Elementos de Tránsito Municipal acordonaron el primer perímetro de ambos camposantos para facilitar el desplazamiento peatonal y agilizar el flujo vehicular en las rutas alternas.
A la par, agentes de la Policía Estatal y Municipal realizaron rondines de vigilancia al exterior de los recintos para prevenir incidentes y garantizar la seguridad de los miles de asistentes. Responsables de los cementerios señalaron que las labores de limpieza intensiva previenen la proliferación del mosco transmisor del dengue y fauna nociva.
Durante la jornada, la comida, la música y el color del papel picado prevalecieron en los cementerios. Familias enteras desayunaron y comieron junto a las tumbas, cumpliendo con una tradición que, en Veracruz, combina la fiesta y la alegría con el solemne recuerdo de sus difuntos.
Sergio Lara