Minatitlán, Ver.– La comunidad de Mapachapa, en el sur de Veracruz, se vistió de luto este domingo al recibir los restos de Danna, la niña de cuatro años asesinada en Zuazua, Nuevo León. Entre llanto, flores y gritos de exigencia, familiares, amigos y pobladores acompañaron su cortejo fúnebre hasta el panteón municipal, donde fue sepultada en un ataúd blanco.
Danna había pasado sus primeros tres años de vida en Minatitlán bajo el cuidado de su abuela María del Carmen Gómez, hasta que hace cinco meses su madre decidió llevarla al norte del país. Ahí, según la investigación de la Fiscalía de Nuevo León, la pequeña sufrió maltrato infantil y finalmente murió a causa de golpes en cráneo, tórax y abdomen.
El traslado del cuerpo fue posible gracias a la colaboración de vecinos y del gobierno municipal. Su velorio se realizó en una vivienda de la colonia Playón Sur, donde durante casi 24 horas decenas de personas acudieron a despedirse y solidarizarse con la familia.
En el sepelio, María del Carmen habló entre lágrimas. Agradeció a la gente que hizo posible el regreso de su nieta, pero también compartió el dolor de una doble tragedia: la muerte de Danna y la detención de su hija Rosa Aurora, madre de la niña, recluida en un penal de Nuevo León junto a Jorge “N”, señalado como presunto feminicida.
“Si ella tiene culpa, lo tiene que pagar. Es mi hija, me duele, pero Danna era su hija también”, expresó con la voz quebrada.
El caso ha causado profunda indignación en Minatitlán, donde la comunidad se unió en un solo grito al pie de la tumba:
“¡Justicia para Danna!”.
La pequeña quedó sepultada en su tierra natal, donde su abuela podrá visitarla y llorarle, mientras la exigencia de justicia se mantiene viva entre los habitantes del sur de Veracruz.
José Vargas