Champoton, Campeche.- Durante la noche del miércoles trascendió la detención de José Roberto Sánchez Cortés, alias “El 80”, uno de los principales generadores de violencia en el sur de Veracruz, exjefe del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y en fechas recientes identificado como jefe de una célula del Cártel de Sinaloa en la región.
Fuentes extraoficiales indicaron que su captura se registró en un filtro de seguridad en el municipio de Champotón, Campeche, donde presuntamente se le aseguró una pistola personalizada, bañada en oro y con incrustaciones de brillantes, en la que resaltaban las iniciales y el número “80” grabados en el metal.
Antes de integrarse al crimen organizado, Sánchez Cortés trabajó durante años en la Fiscalía General del Estado de Veracruz, en el distrito judicial de Acayucan, donde ocupó diversos cargos hasta llegar a ser fiscal durante la administración de Luis Ángel Bravo Contreras. Sin embargo, de manera paralela, creció en las filas del CJNG, consolidándose como jefe de plaza en Acayucan, Poza Rica, Puebla y otras zonas estratégicas del país.
Su historial lo vinculó con múltiples crímenes de lesa humanidad, masacres y actos de extrema violencia, incluyendo ataques contra mujeres y menores de edad. Durante el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, se ofreció una recompensa por su captura tras una masacre ocurrida en Coatzacoalcos.
Desde hace meses ya se rumoraba que “El 80” había roto con el CJNG para sumarse a las filas del Cártel de Sinaloa, bajo las órdenes de un operador identificado como “Mayito Flaco”. Su regreso a Acayucan se dio en medio de una sangrienta disputa con sus antiguos aliados del CJNG por el control del sur de Veracruz, lo que provocó que los mandos de esa organización colocaran un precio a su cabeza y atacaran a sus estructuras para impedir que tomara fuerza. Entre los nombres vinculados a su nuevo grupo se mencionaron a “Doble Cero” y “Primo Chilkys”, quienes también habrían cambiado de bando.
La captura de “El 80” representó un golpe significativo a la estructura criminal que, según autoridades y reportes periodísticos, había desatado una ola de violencia sin precedentes en la región sur de Veracruz, caracterizada por ejecuciones, desapariciones y enfrentamientos armados. Hasta el cierre de esta edición no se sabía si sería trasladado a algún municipio del sur de Veracruz para enfrentar sus cargos, y las autoridades de Campeche o federales no habían emitido un comunicado oficial sobre su situación jurídica.
José Vargas