Coatzacoalcos, Ver.-Un nuevo y preocupante ataque de un felino salvaje fue registrado en la comunidad de Villa Allende, donde esta vez la víctima fue un búfalo de apenas dos meses de edad, casi devorado por completo. El hecho ha encendido nuevamente las alarmas entre ganaderos y pobladores, quienes temen que el ejemplar ya se haya asentado en la zona.
El afectado, José Montalvo Burgos, productor local, aseguró que el animal podría permanecer en el área debido a que tiene crías, lo que no solo incrementa el riesgo para la ganadería, sino también para la seguridad de las personas. “Lo que yo le he venido diciendo a la autoridad es que lo chequen, no que lo maten. Queremos que lo reubiquen, porque si no, va a ser triste que otra gente lo case”, advirtió Montalvo, quien afirma haber solicitado la intervención de la Semarnat y la Profepa sin obtener una respuesta concreta.
De acuerdo con el productor, tras el primer ataque las autoridades realizaron una inspección, pero no colocaron cámaras ni emplearon drones para dar seguimiento al depredador, pese a que habían prometido dichas medidas. “Yo ya estaba tranquilo, pensé que el animal se había ido, pero lleva más de un mes aquí”, señaló Montalvo, visiblemente preocupado.
Este no es el primer incidente que se registra en la región. Semanas atrás, el mismo felino habría matado a otro animal de menor tamaño, situación que alertó a la comunidad rural y motivó las primeras solicitudes de intervención oficial. Según testimonios, el depredador ha sido avistado en un amplio rango territorial, desde Aguadulce hasta Guillermo Prieto, lo que evidencia su movilidad, aunque ahora parece haberse establecido en los alrededores de Villa Allende, donde ha intensificado sus ataques.
Por lo pronto, el ganadero reiteró el llamado a las autoridades ambientales para que el animal sea localizado y reubicado de manera segura, antes de que se registren nuevas pérdidas o un eventual ataque a personas. El caso vuelve a poner sobre la mesa la falta de protocolos rápidos para la atención de fauna silvestre que representa un riesgo, así como la urgencia de coordinación entre instituciones y productores para evitar que el conflicto termine en un acto de cacería por parte de particulares.
José Vargas