San Juan Evangelista, Veracruz.– Ejidatarios de la comunidad La Gloria, en el municipio de San Juan Evangelista, han denunciado un nuevo desastre ambiental presuntamente causado por Petróleos Mexicanos (PEMEX), tras el derrame de hidrocarburo proveniente de la “Macropera Gasífero número 2”, ubicada en la vecina comunidad de Nuevo Lázaro Cárdenas.
Según las autoridades ejidales, el derrame ocurrió en un tren de ductos subterráneos que, debido a la erosión y al abandono por parte de la paraestatal, quedaron expuestos y se fracturaron, permitiendo la fuga de lo que describen como “incontables litros” de hidrocarburo, cuyo tipo aún no se ha determinado oficialmente. Las intensas lluvias de la temporada contribuyeron a que la sustancia contaminante se desplazara hasta un arroyo cercano, afectando cuerpos de agua que abastecen a varias comunidades rurales.
“Ese ducto ya presentaba problemas desde hace tiempo, pero PEMEX nunca le dio mantenimiento. Ahora, con el derrame, se murió nuestro ganado y muchas vacas han malparido. Ya no hay becerros, ya no hay ventas, y hay temor por la salud de la gente también”, denunció un ejidatario de La Gloria, quien pidió el anonimato por miedo a represalias.
No es la primera vez que los habitantes de esta zona señalan a PEMEX por daños ecológicos y económicos. Según los pobladores, desde hace al menos dos años han padecido derrames que afectan directamente a sus tierras, al ganado y a las fuentes de agua potable. A pesar de múltiples denuncias formales e informales, aseguran que PEMEX se ha limitado a dar largas, ignorar sus reclamos o minimizar las afectaciones.
“Ya hemos presentado pruebas, videos, fotos. Lo único que hacen es mandar a gente a decirnos que ‘están gestionando’, pero no hay reparación ni atención real. Nuestro ganado toma agua de esos arroyos contaminados. ¿Qué quieren? ¿Que se muera alguien para hacerles caso?”, expresó con frustración otro comunero.
El impacto ambiental se ha traducido en una grave crisis ganadera. Numerosos animales han muerto tras beber agua contaminada, y muchas vacas han presentado abortos o se han vuelto estériles. La producción y venta de becerros, base económica de muchas familias, se encuentra paralizada. A esto se suma el temor de que la contaminación llegue a los hogares por medio del consumo humano de agua o alimentos producidos en la zona.
“No es solo el ganado. También la flora, la fauna silvestre y hasta el agua que usamos para cocinar podría estar contaminada. ¿Dónde está la autoridad?”, cuestionaron los ejidatarios.
El alcalde de San Juan Evangelista, Justino Guillén Lagunes, confirmó las afectaciones y manifestó su respaldo a los comuneros. Dijo estar en diálogo con representantes de PEMEX, quienes según él se comprometieron a dar algún tipo de apoyo, aunque todavía no hay acciones concretas.
“Me han venido a ver para que los apoye. Son muchas afectaciones de hace años. Todo su ganado toma agua de ese arroyo, y hay problemas de mortandad y abortos. Seguiremos insistiendo en que PEMEX asuma su responsabilidad”, afirmó el edil.
Los afectados hacen un llamado urgente a la presidenta de la república y a la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, para que tomen cartas en el asunto y obliguen a PEMEX a responder por los daños. Señalan que, hasta ahora, la empresa se ha dedicado a “patear el balón” y a evadir su obligación de resarcir los perjuicios causados a las comunidades rurales del sur de Veracruz.
“El daño ya está hecho. Lo mínimo que esperamos es que se haga justicia, que paguen los daños y que esto no vuelva a pasar. Nos están matando lentamente, a nosotros y a nuestros animales”, concluyó uno de los líderes ejidales.
Hasta el cierre de esta edición, PEMEX no ha emitido un comunicado oficial sobre el derrame en la Macropera Gasífero número 2 ni ha explicado las causas del mismo, el tipo de sustancia derramada, o las medidas de mitigación que, en teoría, deberían activarse de manera inmediata.
José Vargas