Minatitlán, Ver. – Indignación, rabia e impotencia ha causado la ejecución de Pandita, un perro doméstico asesinado a balinazos dentro del patio trasero de su propia casa en el municipio de Minatitlán. El crimen ocurrió el pasado 9 de junio mientras el animal se encontraba en su hogar, recién bañado y a la espera de ser llevado al frente, donde solía pasar el día.

De acuerdo con la denuncia pública hecha por la familia afectada, Pandita fue atacado mientras ladraba unos minutos, lo cual habría “molestado” a quienes ahora son señalados como los principales sospechosos: sus propios vecinos. Son los únicos —acusan los tutores del perro— que tienen ángulo directo hacia el lugar donde ocurrió el disparo y quienes, además, mantenían una constante hostilidad hacia el animal por supuestamente “interrumpir el sueño del vecindario”.

“Solamente bastó que mi perrito ladrara unos minutos para que acabaran con su vida de esa manera tan horrible”, denunció entre lágrimas su dueña. El perro recibió dos impactos con proyectil tipo diábolo (comúnmente conocido como balín), lo que le causó la muerte inmediata. El ataque se perpetró mientras la familia se encontraba dentro de la vivienda.

Tras los hechos, los vecinos señalados han negado su responsabilidad, e incluso han amenazado con demandar si su imagen o domicilio es difundido, aunque los dueños del perro aseguran que no hay más posibles agresores. “Ellos nos toman por locos, irresponsables, por no entrenar a nuestro perro para que no ladre… pero esto es asesinato”, reclamaron.

La familia ha solicitado el apoyo de autoridades para que el caso no quede impune y se castigue el maltrato animal con todo el peso de la ley. “No podemos permitir que sigan asesinando animales porque ladran. Esto no es solo un perro, era parte de nuestra familia”, sentenciaron.

José Vargas