Veracruz, Ver.- En Veracruz, el 50 por ciento de los más de 60 adultos mayores que están refugiados, se encuentran en el abandono, ya que sus familiares no acuden a visitarlos, reveló la directora del asilo Cogra, María Teresa Mendoza de Infanzón.
La entrevistada manifestó que únicamente acuden a pagar las aportaciones para el cuidado de sus familiares, sin embargo, no ingresan al asilo a visitarlos y darles unos minutos de su tiempo.
"Son seres humanos y merecen tener una vida digna, no dejar de darles algo porqué hay que recordar que con algo tan pequeño haces feliz a una persona, ¿qué es algo tan pequeño? Es la presencia de regalarle a una persona su tiempo", sostuvo.
María Teresa Mendoza de Infanzón lamentó que adultos mayores hayan formado una familia y que se les olvide y abandone en asilos.
En entrevista, mencionó que el abandono de adultos mayores continúa presentándose dentro de la sociedad sin tener conciencia de que en algún momento algunas personas llegarán a grande y necesitarán de alguna asistencia para hacer sus actividades.
"Ha incrementado el número de abuelitos en al abandono, desgraciadamente el ser humano se ha vuelto no olvidadizo, sino que el trabajo los absorbe, en los problemas cotidianos y hoy pro hoy los entiendo, a mi me pasa, y cada uno de ellos necesita un tiempo, hemos olvidado el tema del cariño hacía el abuelito, la abuelita, darles mínimo media hora".
En otro tema, Mendoza de Infanzón señaló que el asilo Cogra tiene necesidades para la atención de los adultos mayores entre ellas, pañales, alimentos, medicamentos, entre otros, los cuales se pueden entregar en las instalaciones que se ubican en la esquina de la calle Cultura y Murillo, en la colonia Hidalgo de la ciudad de Veracruz.
Refirió que mensualmente el asilo gasta un promedio de 95 mil pesos en pagos por servicios, además de alimentos, artículos de limpieza, de higiene personal, pañales y algunos medicamentos.
La mayoría de quienes llegan allí son hombres y mujeres que enviudaron y que, en casa de algún hijo o hija, se volvieron invisibles.
Sergio Lara