Las Choapas, Veracruz.- La caseta zoosanitaria ubicada en el filtro sanitario Paralelo 18, a un costado de la carretera Coatzacoalcos-Villahermosa, en el sur de Veracruz, se ha convertido en un punto de crisis para el sector ganadero. Lo que debía ser una medida para preservar la sanidad del hato bovino, hoy representa pérdidas económicas, estrés animal e incluso la muerte de reses, denuncian productores y transportistas.
Instalada con el objetivo de frenar el ingreso del gusano barrenador a territorio veracruzano, la caseta —operada por la empresa OIRSA bajo concesión otorgada por el gobierno federal— ha sido calificada como un “viacrucis” por quienes deben pasar por ahí con ganado proveniente de otros estados.
“Largas esperas y calor extremo provocan la muerte del ganado”
Transportistas aseguran que deben esperar hasta 24 horas para ser atendidos, sin acceso a instalaciones adecuadas para los animales ni condiciones mínimas de operación. El retraso prolongado, sumado al calor extremo de hasta 40 grados centígrados, ha provocado la muerte de reses dentro de las jaulas antes de ser inspeccionadas.
“Demasiado tiempo llevamos, llegamos a las 3 de la madrugada desde Matías Romero, Oaxaca… somos la ficha 49 y tenemos siete por delante. De plano sí está en riesgo el animal, sobre todo por el calor”, expresó Alberto González, chofer de transporte de ganado.
Durante un recorrido realizado por el equipo de La Silla Rota, se constató que no se utilizan las cámaras de aspersión instaladas para el proceso sanitario, pese a que su inversión superó el millón de pesos. En su lugar, personal de la caseta únicamente utiliza bombas de mochila para rociar el ganado.
“Hace rato me trepé por aquel lado y sólo usan una bomba de mochila… y con eso nada más”, comentó Ernesto, productor ganadero, visiblemente molesto por la falta de profesionalismo y rigor sanitario.
“Cobros excesivos y servicio ineficiente”
Además del mal servicio, los productores acusan cobros excesivos por parte de OIRSA, la empresa que opera la caseta zoosanitaria. Señalan que mientras en otros estados se paga un promedio de 2 mil pesos por jaula, en Las Choapas el costo llega hasta los 4 mil 500 pesos, es decir, aproximadamente 60 pesos por cabeza de ganado.
Con un promedio de 50 jaulas de ganado que cruzan diariamente por esta caseta, se estima que la empresa recauda alrededor de 240 mil pesos por día, lo que equivale a más de 1.6 millones de pesos a la semana.
A pesar de estas cifras, el servicio no cumple con los estándares mínimos de calidad. No hay espacios adecuados para estacionar las unidades mientras esperan la inspección, lo que genera caos vial y agrava el maltrato animal.
Uno de los testimonios más dramáticos fue el de Rogelio Medina, chofer de jaula, quien mostró a reporteros el cuerpo de un becerro muerto dentro de su unidad.
“Exactamente por el tiempo se me murió. Tengo como 19 horas, licenciado, esperando. ¿Quién no se va a estresar y se va a morir? Es un becerro que ya es pérdida”, lamentó.
Los conductores aseguran que es común que entre semana o al mes se reporten la muerte de al menos cinco animales en esta caseta, lo que representa una pérdida directa para los ganaderos, sin posibilidad de reclamo.
José Vargas