Veracruz.- El municipio de Catemaco en Veracruz, también conocido como “La tierra de los brujos” destaca por ser un lugar mágico, místico, su tradición esotérica y la realización de ritos, el más popular es el que se lleva a cabo para celebrar el “El día del brujo” el primer viernes del mes de marzo, el ritual consiste en atravesar la laguna Catemaco en lanchas, con antorchas encendidas hacia el Cerro del Mono Blanco.
Dentro de su deliciosa gastronomía se encuentran los topotes, los tegogolos o caracol de agua dulce, la anguila y la tradicional carne de chango que se refiere a la carne de cerdo ahumada, sin embargo, fue nombrada de esa forma debido a que la sazón con hojas de olor le proporciona un color rojizo similar a la carne de mono.
Cabe resaltar que la Secretaría de Turismo y Cultura de Veracruz, exhorta a la ciudadanía a visitar este bello municipio y disfrutar de la magia, de su clima cálido y húmedo, comunica que en esta zona no solo destaca el esoterismo, también cuentan con productores de jaranas en una sola pieza, artículos decorativos con cáscara de coco y arena.
En el lugar abundan brujos, chamanes, hechiceros y curanderos, cada uno realiza algo en específico, sin embargo, es muy común que las personas los confundan; la brujería es asociada con la magia negra; los curanderos son los que trabajan con la herbolaria y por las propiedades curativas que ofrecen; los chamanes trabajan con la también llamada magia blanca.
La historia de los brujos de Catemaco remonta hacia antes de la llegada de los españoles, se sabe que este lugar contaba con un grupo amplio de curanderos conocedores de los beneficios que ofrecen las plantas de la zona rica en ecosistema, luego de la llegada de los españoles con esclavos africanos, se generó un choque cultural de la medicina natural olmeca con la santería africana que generando una conciliación.
Este bello lugar cada año recibe miles de turistas, algunos para conocer los hermosos paisajes con los que cuenta, su gastronomía, saber más de cultura o simplemente para curar el “mal de ojo”, pedir un favor, o para realizarse una purificación, los cuales son bien recibidos por los lugareños.
Redacción