Si hay un evento que ha cambiado la historia del rock en México es el Festival de Avándaro. Considerado como el Woodstock mexicano se realizó el 11 y 12 de septiembre de 1971 y fue más que un hito para la música pues se estima que reunió a cerca de 200 mil personas en el Estado de México con una caótica organización en un hecho sin precedentes.
El cineasta José Manuel Cravioto es el encargado de rendir un peculiar homenaje a este histórico concierto con su nueva película Autos, mota y rocanrol, el cual fue estrenado en la competencia Mezcal (de largometraje mexicano de ficción) en el marco de la edición 40 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) con una recepción del público de una forma tan entusiasta como pocas se han visto en el evento fílmico.
EL MITO Y LA REALIDAD
A través del recurso de un falso documental el cineasta aborda la historia de Avándaro desde la perspectiva de sus organizadores: Justino Compean y Eduardo “El Negro” López Negrete, interpretados por Emiliano Zurita y Alejandro Speitzer, organizan una carrera de autos con un pequeño espectáculo de rock como entretenimiento, lo que no imaginaron es que su “pequeño plan” terminará convirtiéndose en el concierto de rock más grande realizado hasta entonces en México.
“Escuchaba desde niño sobre Avándaro, lo escuchaba como ese mito. El recuerdo que tengo es haberlo escuchado durante mucho tiempo y por momentos, además muy confuso, el escuchar las versiones de que si el gobierno, los artistas o el escándalo, pero quizás lo que más me inquietaba es quién lo había organizado, no había algo claro”, expresó el cineasta en entrevista con El Heraldo de México.
“Al hacer la película hay una razón de por qué no se había explicado quién lo había organizado y es que lo habían ocultado, Justino y el Negro, por cuestiones personales, políticas, que ellos tenían que esconder un poco de quién fue el culpable de ese concierto”, añadió.
JUSTINO COMPEAN, UN PERSONAJE FUERA DE SERIE
El encargado de dar vida a Justino Compean, recientemente conocido por su papel como directivo en el mundo del fútbol, es Emiliano Zurita, quien no estaba familiarizado con el festival:
“Nunca había escuchado a Avándaro hasta que leí el guión y fue de las cosas que me hizo querer ser parte de. Se me hizo algo importantísimo para todo desde la cultura, fue algo legendario y como dice Cravioto que después me di cuenta y le pregunté a mi papá, a mis tíos y a quién pude”, expresó el actor.
“Como que existía en este imaginario colectivo y dije luego pensé en las nuevas generaciones que no van a tener ni idea de eso y plasmarlo, representarlo y contar todos estos puntos de vista, fue la realidad que se me hizo súper súper interesante y era algo muy distinto que nunca había visto en el cine en México la verdad”, agregó.
UN FILME QUE DESVELA DATOS CURIOSOS
Con un tono de comedia, la película combina escenas reales del 11 de septiembre de 1971, cuando miles de personas se reunieron para disfrutar del festival, con escenas de ficción. Cravioto logra integrar los fragmentos de video originales con las escenas nuevas gracias a una cuidada continuidad en vestuario, música escandalosa propia del rock, y una representación del disfrute del público que va desde la desnudez hasta el uso de drogas.
“Lo más interesante, bueno el dato más curioso para mí fue cuando me enteré que Vicente Fox era quien había patrocinado el evento con Coca-Cola, o sea que Coca-Cola patrocinó el evento más pacheco de la historia, se me hace increíble y tiene que ver un poco por lo que me interesó el tema”, dijo Cravioto.
“Ya pasando del tema de la comedia o el tratamiento de la historia o el rock, es que se me hace de verdad una historia que mete a tantos México posibles dentro y esa fue la motivación, el meter a tantos México posibles en una película”, añadió.
EL PUNTO MÁS IMPORTANTE DEL ROCK EN MÉXICO
Aunque los protagonistas no saben nada sobre rock, y para Eduardo “El Negro” López lo importante son los autos, la cinta incluye un soundtrack propio de la década de los setenta, con una diversidad de bandas que hacen sentir al público que realmente está dentro del festival.
“Seguramente muchos no lo saben pero ese es quizás un punto, el punto más importante en el rock. Pues creo que fue el punto más alto en la historia del rock a nivel de potencia, el convocar a esa cantidad de personas para un festival, creo que en esa época cuando no había redes sociales ni internet, entonces eso por un lado”, comentó.
“Por otro que además marca como una muerte temprana del rock y sus posibilidades, si no hubiera habido esta represión de parte del gobierno, creo que hoy tendríamos una industria, ya es una industria muy potente la musical, la mexicana, pero creo que quizás hubiera tenido un alcance todavía mayor, se hubiera crecido este tipo de posibilidades y eventos y alcance con los jóvenes pero se censuró”, sumó.
“Entonces realmente cuando es lo de Avándaro se cierra la música y el rock y los movimientos culturales por 10, 15 años y eso es tremendo porque no alcanzamos el máximo potencial”, cerró.
EL HERALDO