Solo podía ser él. Monza, la pista mágica, parecía una fiesta destinada a Ferrari, símbolo del Gran Premio de Italia, o McLaren, el gran dominador de la Fórmula 1 2025. Pero Max Verstappen, el piloto de carácter, talento y determinación mayor de la edad moderna, obró otro milagro en el Parco lombardo. Saldrá primero tras una pole (1:18.792) de antología, una que le dispara ante la colección de favoritos que no estuvo a su altura. El amo de una fiesta donde Fernando Alonso se coló con una Q3 imposible. Partirá octavo, digno de frotarse los ojos.

Fórmula 1 más rápida del curso, con solo seis frenadas en casi seis kilómetros de circuito, estuvo a la altura. Monza estalló al ver a Leclerc con el mejor crono, McLaren emergió cuando parecía complicado, pero Verstappen sacó su martillo. No será campeón del mundo, pero es el que vale pagar una entrada. En carrera su ritmo dirá, aunque tiene la posición preferencial en una carrera donde no existirán las mismas estrategias arriesgadas del 2024. Será solo una parada en boxes sí o sí.

Alonso, increíble 8º

Fernando Alonso no tiene explicación racional alguna. Partirá octavo en otro milagro que solo es capaz de hacer él. Cuando parecía que el Gran Premio de Italia sería un casi imposible, el asturiano entró en la Q3 y se gana una magnífica oportunidad de puntuar. La generó por inteligencia plena. La de seguir el rebufo de Stroll en la Q1 y el de Antonelli en la Q2, un empuje enorme que lanzó su candidatura.

El 8º, 9º pero beneficiado de la sanción de un Hamilton que sufrió en la Q3, fue su techo. Irreal, pues la mejor estimación de Aston Martin... era un 13º. "No sabemos como es posible", repitió De la Rosa en DAZN. En la vuelta lanzada, Alonso encontró a Verstappen y mejoró sus cronos. Buscará los puntos además de ser otra clasificación que sirve para poner el 28-0 en la racha sobre Stroll. Es el mayor dominio de su carrera deportiva sobre un compañero de equipo. Sólo es otro día en la oficina para un piloto mágico.

Verstappen es irreal

Alonso hizo magia y Verstappen más si cabe. No contaban con él, pero su Red Bull fue un cañón desde el primer sector, el de la recta interminable de inicio. Encontró los 18 con un ataque total y Monza, que había gritado, se quedó con las ganas. Más todavía cuando McLaren resurgió con los cronos de Norris y Piastri (2ºy 3º), pero Verstappen tenía mejora guardada. Un puñetazo de talento, ambición y nivel. Solo lo podía hacer él.

En carrera deberá defenderse como pueda. De los McLaren, que tenían algo más al final pero quizá no eran el coche arrollador de otras ocasiones. Y de una Ferrari que no entró en una posición soñada tras ver a un Leclerc sin mejora. El motor corre, Charles arriesga, pero no son un favorito. Un podio es una posibilidad, lo demás se antoja complicado.

"No esperamos que haya magia", repitió Norris. Que mejoró a Piastri y puede recortar puntos sobre Oscar Piastri, pero vieron al eterno Verstappen pegado y preparado. Un habitual en él. Y el que de verdad les plantea problemas. Cosa que la irregular Ferrari no puede y Mercedes, 6º con Russell y 7º con Antonelli, ni sueña.

"No esperemos que pase algo mágico" -Lando Norris

Sainz (13º) no puede con la Q2

Peor sensación dejó Carlos Sainz (13º). Su fin de semana era fabuloso, Monza es una pista donde encuentra cosas diferentes a otras, pero en sábado todo se torció. No apareció ni el ritmo, ni la confianza del viernes, y en las vueltas rápidas sufrió. Ya en la Q1 pasó con cierta preocupación, entre un incidente en el pit-lane o un paso por la grava de Lesmo 2 -como Leclerc-. La Q2 le complicó más si cabe la vida y Williams certificó el bajón. Era un coche de Q3 en viernes, pero naufragó.

"¡Naah!" -Carlos Sainz

Parece un problema global, pues tampoco pasó Albon (14º) y el FW-47 pasó a ser un coche algo más difícil. Sainz sufrió y no conectó con buenas vueltas de clasificación. No pudo de inicio y trató de lanzar un intento final con goma usada. No era buena sensación y se demostró al no mejorar. Su "naah" por la radio era la expresión perfecta de una caída dolorosa. 

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