Los insultos y las vejaciones de carácter racista en los estadios de fútbol por parte de aficionados desalmados ya no salen gratis. Ayer, la Audiencia Provincial de Barcelona dictó una sentencia de un año de prisión y 1.080 euros de multa contra el seguidor del Espanyol que el 25 de enero de 2020 simuló gestos y sonidos de primates contra el jugador del Athletic Club Iñaki Williams, cuando este fue sustituido. Además, la sentencia también impone al condenado la prohibición de trabajar en el ámbito deportivo durante cuatro años y de acceder a estadios de fútbol de cualquier categoría durante dos años.
Esta causa en su momento fue calificada de histórica porque fue la primera instruida por un juez contra un aficionado por proferir insultos racistas en el interior de un estadio. La denuncia fue puesta por LaLiga, que denunció los hechos ante la sección de delitos de odio y discriminación de la Fiscalía Provincial de Barcelona. El fiscal Miguel Ángel Aguilar se hizo cargo del asunto y recientemente admitió en la Cadena Ser que las cámaras del estadio y la colaboración de los Mossos d’Esquadra resultaron decisivos para identificar al autor.
En la sentencia de conformidad, que se ha dictado in voce, el acusado reconoce los hechos y se muestra conforme con la pena solicitada. Este declaró por videoconferencia al encontrarse indispuesto. La abogada defensora solicitó la suspensión de la pena de prisión impuesta al no tener su cliente antecedentes penales.
En el momento de los hechos, en el campo había más de 27.000 personas y la audiencia televisiva se estimó en un mínimo de 209.512 telespectadores, además de una cifra “indeterminada pero masiva” de oyentes que pudieron escucharlo en diversas radios que retransmitieron el encuentro y tuvo un gran impacto en redes sociales.
La Fiscalía pedía inicialmente una pena de prisión de dos años, cinco más de prohibición para acudir a estadios de fútbol, así como una multa de 5.400 euros por un delito contra el ejercicio de los Derechos Fundamentales y Libertades Públicas en su modalidad de lesión contra la dignidad de las personas por motivos racistas y en concurso de normas con un delito contra la integridad moral.
Por su parte, LaLiga pedía inicialmente la misma pena que el ministerio público. La patronal del fútbol español interpuso la temporada pasada 12 denuncias por delitos de odio y racismo en los estadios, siete de Primera División y cinco de Segunda.
Una sentencia similar a la dictada ayer por la Audiencia Provincial de Barcelona fue impuesta el pasado 16 de mayo contra cinco seguidores del Real Valladolid por insultos también de índole racista contra Vinicius. En este caso, el internacional brasileño tuvo que escuchar “hijo de puta, puto mono, negro, puto marica...” cuando fue sustituido y se dirigía a su banquillo. La sentencia afirmó que los citados insultos eran constitutivos de sendos delitos de odio y contra la discriminación al tener la “indudable intención de humillar y lesionar la dignidad del jugador por evidentes motivos racistas”.
EL PAÍS