Los dispositivos electrónicos y las redes sociales son una parte esencial de la vida cotidiana. De acuerdo con un reporte reciente del Reuters Institute, uno de cada dos mexicanos usa Facebook para informarse y ocho de cada 10 tenemos acceso a internet.
Las cosas son aún más complejas cuando se trata de niños y adolescentes. Según un estudio realizado por la investigadora María Elena Tut, el 85 por ciento de los adolescentes mexicanos consumen, en promedio, tres horas de redes sociales al día, mientras que el 50 por ciento eleva ese consumo a cinco horas.
Todo ello conlleva ciertas afectaciones tanto al cuerpo como a la mente, cuyos efectos aún no han sido profundamente estudiados por la ciencia, aunque ya existen algunos estragos ya conocidos. Uno de ellos es el síndrome del brain rot o cerebro podrido.
“El brain rot es el supuesto deterioro del estado mental o intelectual de una persona, especialmente visto como el resultado del sobreconsumo de material considerado trivial, y actualmente considerado contenido en línea. También es considerado como lo que lleva a dicho deterioro”, define un estudio de la Universidad Fayoum, de Egipto.
¿Cómo se produce el brain rot?
De acuerdo con numerosas fuentes, este síndrome, que aún no ha sido completamente estudiado por la ciencia, proviene del uso excesivo de aparatos electrónicos para actividades triviales o poco instructivas, como ver redes sociales, jugar videojuegos o ver videos cortos.
“El brain rot es causado por el uso excesivo de la tecnología. Esto puede incluir ver decenas de videos en YouTube, hacer scroll en redes sociales o cambiar constantemente entre varias ventanas de un navegador.
“Las cosas se complican cuando surfeas en internet, mandas mensajes y checas tu correo de forma simultánea. El resultado final: estás sobreestimulando tu cerebro. Y cuando te inundas digitalmente con mucha información, estás en riesgo de un cerebro podrido”, señalan investigadores de la Universidad de Newport, en Inglaterra.
Los estudiosos han notado que este comportamiento puede producir grandes cantidades de dopamina en el cerebro, por lo que puede producir adicciones tan fuertes como las que hacen algunas drogas duras.
¿Cuáles son los síntomas del cerebro podrido?
De acuerdo con la Universidad de Newport, entre los síntomas del cerebro podrido se encuentran ansiedad, niebla mental, dificultades para socializar y para retener nueva información.
Por suerte, evitarlo es muy sencillo. Tratar de limitar el tiempo de consumo de redes sociales y uso de dispositivos electrónicos y hacer una curaduría de información, favoreciendo notas positivas e imágenes estéticamente buenas, puede ayudar a que tu cerebro no se pudra.
EL HERALDO