Entre los corredores, tanto profesionales como aficionados, las lesiones son un riesgo constante que puede interrumpir las competencias. Una de las más comunes y, a menudo, subestimadas es la periostitis tibial; aquí te decimos qué es, los síntomas, causas y cómo se puede tratar.
La periostitis tibial puede limitar seriamente el rendimiento y, si no se trata adecuadamente, se convierte en un problema crónico. En este artículo, exploraremos todo lo relacionado con la lesión, para que puedas seguir corriendo sin dolor.
Periostitis tibial: causas y síntomas
La periostitis tibial es una inflamación del periostio, una membrana que recubre la tibia, el hueso largo ubicado en la parte frontal de la pierna, debajo de la rodilla. Esta condición se caracteriza por dolor en la tibia, especialmente durante o después de correr.
Aunque es común entre corredores, también puede afectar a personas que practican deportes de alto impacto o que han aumentado recientemente la intensidad de su actividad física.
La periostitis tibial suele ser el resultado de una sobrecarga en la tibia debido a actividades repetitivas como correr. Entre las causas más comunes se incluyen:
- Aumento repentino en la intensidad o duración del entrenamiento
- Correr en superficies duras o irregulares
- Uso de calzado inadecuado o desgastado
- Técnica de carrera deficiente
- Debilidad en los músculos de la pierna y el pie
Los síntomas típicos incluyen:
- Dolor en la tibia que empeora con la actividad física
- Sensibilidad al tacto en la zona afectada
- Hinchazón leve en la parte inferior de la pierna
El dolor suele comenzar como una molestia leve y puede intensificarse si no se toman medidas para tratar la afección.
Tratamiento para la periostitis tibial
Prevenir la periostitis tibial es posible mediante la adopción de hábitos adecuados en el entrenamiento y el cuidado del cuerpo. Algunas recomendaciones incluyen:
- Mejorar la técnica de carrera: Una técnica adecuada reduce el estrés en la tibia. Considera trabajar con un entrenador o fisioterapeuta para evaluar y corregir tu forma de correr.
- Fortalecer los músculos de las piernas y pies: Ejercicios específicos pueden mejorar la estabilidad y absorción de impactos. Por ejemplo, realizar elevaciones de talones, elevaciones de puntas de los pies y ejercicios de equilibrio.
- Usar calzado adecuado: Elige zapatillas que proporcionen buen soporte y amortiguación, y reemplázalas regularmente para evitar el desgaste excesivo.
- Incrementar la intensidad del entrenamiento gradualmente: Evita aumentos bruscos en la distancia o velocidad de tus carreras. Sigue una progresión gradual para permitir que tu cuerpo se adapte.
- Incluir superficies blandas en tus entrenamientos: Correr en terrenos como césped, tierra o tartán puede disminuir el impacto en las piernas.
La periostitis tibial es una lesión común entre corredores, pero con el conocimiento adecuado sobre qué es, sus causas, síntomas y tratamiento, es posible manejarla eficazmente. Implementar medidas preventivas y buscar atención profesional cuando sea necesario te permitirá continuar disfrutando del running sin dolor.
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