El árbol de Navidad es el elemento más importante y representativo de la Navidad, ya sea natural o artificial, casi nunca falta en los hogares del mundo. Los árboles naturales siempre han causado mucha controversia, pero aun así, sigue siendo de los más consumidos. ¿Qué cuidados debe tener un árbol de Navidad natural? Nosotros te lo contamos.
Cuidados de un árbol de Navidad natural
Cuidar un árbol de Navidad natural requiere atención para mantenerlo fresco y seguro durante toda la temporada. Al elegirlo, es fundamental revisar que las agujas estén verdes y flexibles, lo que indica que el árbol está recién cortado.
Una vez en casa, recorta una pequeña sección del tronco para abrir los canales por donde absorberá el agua, similar a lo que se hace con las flores recién cortadas. Coloque el árbol en un soporte con capacidad para mantener agua constantemente y asegúrese de rellenarlo a diario; un árbol bien hidratado puede absorber hasta varios litros al día.
Ubica el árbol lejos de fuentes de calor, como chimeneas, radiadores o luces intensas, ya que estas pueden secarse rápidamente, aumentando el riesgo de incendios. Opte por luces LED, que generen menos calor, y verifique que no haya cables dañados en las decoraciones eléctricas.
También es útil rociar el árbol ocasionalmente con agua para mantener la humedad de las agujas, evitando que sequen y caigan. Finalmente, cuando terminen las festividades, busca un centro de reciclaje o compostaje para desecharlo de forma responsable, contribuyendo así al cuidado del medio ambiente.
¿Es mejor un árbol de Navidad natural o artificial?
La elección entre un árbol de Navidad natural y uno artificial depende de varios factores, como el impacto ambiental, la durabilidad y las preferencias personales. Un árbol natural tiene una huella ambiental más baja durante su vida útil, especialmente si proviene de una finca local que lo cultiva de manera sostenible.
Al ser biodegradable, un árbol natural puede ser reciclado y transformado en compost, lo que lo convierte en una opción más ecológica si se maneja correctamente después de las fiestas.
Por otro lado, los árboles artificiales, aunque inicialmente fabricados con materiales plásticos y metálicos, tienen la ventaja de ser reutilizables durante muchos años, lo que puede reducir su impacto a largo plazo si se cuidan adecuadamente. Sin embargo, la fabricación de estos árboles genera una mayor huella de carbono debido a los procesos industriales y al transporte.
En términos de practicidad, los árboles artificiales requieren menos mantenimiento: no necesitan agua ni cuidados constantes. Sin embargo, carecen de la fragancia natural que muchos asocian con la Navidad, algo que un árbol fresco sí puede ofrecer.
Además, los árboles naturales pueden ser una opción más atractiva para quienes valoran el aspecto genuino y la conexión con la naturaleza durante las celebraciones.
Al poner en práctica estos cuidados de un árbol de Navidad natural, notarás que te durará por mucho más tiempo.
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