Muchas veces nos dicen que “todo lo natural es bueno”, pero no es cierto. También nos dicen que los frutos secos son muy nutritivos y saludables. Y eso sí es verdad. Pero hay que tener cuidado con cómo los guardamos. Las almendras, las nueces, los pistaches, los cacahuates, el maíz o el café deben estar en un lugar seco y sin olor a humedad.

Si no los guardamos bien, pueden salirles unos hongos que huelen a humedad y que son peligrosos. Estos hongos producen unas sustancias tóxicas llamadas micotoxinas. Hay de varios tipos, como las aflatoxinas, ocratoxinas, fumomisinas, y más. Las micotoxinas son como venenos que salen de los hongos. Si las comemos mucho, nos pueden enfermar y hasta causar cáncer.

No te asustes ni dejes de comer frutos secos. Solo tienes que guardarlos bien en frascos cerrados y sin humedad. Así te aseguras de que no les salgan hongos ni micotoxinas. Los frutos secos nos dan muchas cosas buenas que no tienen otros alimentos, como los ácidos grasos omega-3.

Los ácidos grasos omega-3 son unas grasas especiales que nos ayudan a tener un corazón sano, un cerebro inteligente y una vista aguda. También nos dan fibra, hierro, calcio, magnesio, ácido fólico, vitaminas E y B1, entre otros nutrientes.

Al comer frutos secos con regularidad y cuidado, evitamos la inflamación que puede causar problemas en el corazón. Recuerda consumir información con ciencia y que los “químicos” son buenas personas y te pueden ayudar a cuidar tu salud.

Por el Dr. Ángel Trigos Landa, Decano de la Universidad Veracruzana.

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