El incremento de la urbanización, actividades como la ganadería y agricultura provoca transformaciones en la estructura o funciones del ambiente, lo cual incrementa la tasa de contacto entre humanos y la fauna silvestre. Estas alteraciones provoca la aparición de enfermadades infecciosas que pasan de animales a humanos (zoonosis) o viceversa y afecta a la fauna silvestre (zooantroponosis) generando problemas tanto en la salud pública como en la conservación de los animales silvestre.
Es por ello, la importancia de tener hábitats bien conservados, que cuenten con gran diversidad de especies que se relacionen en equilibrio y así los patógenos puedan distribuirse entre las disitintas especies y no afectar al ser humano.
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