La ballena azul antártica (que su nombre científico es Balaenoptera musculus Intermedia) es el animal más grande del planeta. Llega a pesar hasta 180 toneladas medir unos 29 metros de largo. Su corazón es del tamaño de un automóvil pequeño y durante la temporada principal de alimentación puede consumir alrededor de 3,600 kg de krill por día. Además, es el animal más ruidoso de la Tierra; el silbido de baja frecuencia que emiten las ballenas puede escucharse a cientos de millas y probablemente es utilizado para atraer a otras ballenas azules.

Tienen un oído excelente y son dos o tres veces más eficientes que los mamíferos terrestres para utilizar el oxígeno del aire que respiran. Las ballenas tienen cajas torácicas colapsables que las ayudan cuando se sumergen a profundidad. Además, poseen una capa de grasa muy gruesa que las aísla para protegerlas del frío. Los científicos creen que las ballenas evolucionaron de mamíferos terrestres de cuatro patas. Ahora, están perfectamente adaptadas a una vida submarina. Tienen un cuerpo aerodinámico y han perdido casi todo el pelo externo para evitar la fricción y mejorar el deslizamiento por el agua. Sus extremidades se transformaron en aletas.

La población de ballenas azules en la Antártida se redujo drásticamente debido a la caza comercial de ballenas que comenzó en el sur del Océano Atlántico en 1904. A pesar de la protección legal que tenían estos animales a través de la Comisión Ballenera Internacional en la década de 1960, la caza ilegal continuó hasta 1972. La cifra estimada de la población de ballenas fue de 3,000 en 2018, por lo que se clasificó a la especie como "en peligro crítico" según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

¿Cuáles son las otras amenazas para las ballenas?

Destrucción del hábitat. Cambio climático. Reducción de la capa de ozono

La ONG Greenpeace ha sido fundamental para frenar la matanza de ballenas. En alta mar, han puesto gomones y barcos entre los arpones de los cazadores y estos mamíferos marinos. También, participan en forma activa de los debates en los organismos internacionales para que suspendan la cacería de manera definitiva. Las ballenas, así como todos los animales que ocupan un lugar en el planeta tienen una función importante en el ecosistema, de alguna manera podemos aportar un granito de arena para conservar este maravilloso acuático.

Arely Alarcón Valladares

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