La sal es se presenta en todos los componentes de nuestra alimentación. En situaciones normales no debe generar problemas en nuestra salud, pero cuando se consume con frecuencia y en exceso puede desencadenar en hipertensión arterial.
En este marco, especialistas sugieren consumir 5 gramos diarios de sal y si estás acostumbrado a consumir más de eso, te sugerimos algunas alternativas.
Frente a la amenaza que supone la hipertensión, diferentes estudios han sostenido que habitualmente los individuos ingestan de 10 a 20 gramos de sal por día, por lo tanto es fundamental reducir su consumo.
Caso contrario, no solo se incrementará la presión arterial, sino que también estarán en desequilibrio los fluidos corporales y los músculos no responderán como corresponde.
En esta línea, expertos afirman que hay alimentos básicos como el pan y queso que aportan un gran contenido de sal, pero hay otros que no son tan esenciales, como los snacks, embutidos, aceitas y platos pre cocinados.
En este contexto, será trascendental desarrollar una alimentación en donde se reduzca o se deje de utilizar la sal para cocinar, utilizando métodos de cocción que proporcionen sabores propios a la comida como el horno, la plancha o el vapor.
Otra de las técnicas consiste en no llevar el salero a la mesa y también disminuir alimentos con altos contenido de sodio, leyendo las etiquetas de los productos antes de comprarlos.
Y si la persona opta por comer fuera de casa, el desafío será mayor. Por lo tanto una buena opción para los que sufren hipertensión es pedirse ensaladas y frutas para postre, logrando así una alimentación sana.
También se pueden pedir los platos sin sal o que no se la agreguen al momento de servirlos, como suele pasar con las tortillas o carnes.