Hoy en día, gracias a los avances tecnológicos que se han dado en el mundo de la fotografía, basta con sacar nuestro teléfono inteligente y comenzar a tomar fotos de toda la naturaleza que nos rodea. Con ayuda de las cámaras semi profesionales o profesionales, un lente telefoto de mediano alcance (como un 70-300 mm) o de largo alcance (como un 150-600 mm o 200-500 mm) y algo de práctica, podemos realizar tomas sin tener que invertir grandes cantidades de dinero. Uno de los pilares esenciales en la fotografía de naturaleza, es que debemos tener un sincero respeto por cada individuo y su entorno. El bienestar de las especies y su hábitat siempre deben estar antes de cualquier ambición de un fotógrafo. Desafortunadamente, hay personas que transgreden esos límites, a veces por desconocimiento, falta de conciencia o insensibilidad, provocando daños o estresando a la vida silvestre solo por lograr una fotografía que les permita conseguir reconocimiento en un ámbito que se ha vuelto sumamente competitivo.

Cuando nos encontramos en campo buscando aves nocturnas para fotografiarlas es muy importante evitar utilizar métodos que puedan provocar cambios en el comportamiento de las aves como, por ejemplo: reproducir vocalizaciones para atraerlas (especialmente en temporadas reproductivas); usar cebos u ocasionar que se muevan para lograr fotos más estéticas. Hacer lo anterior podría implicar muchos riesgos para los animales. El consejo más importante que les puedo dar, es siempre estudiar a la especie que nos interese fotografiar, conocer sus horas de actividad, hábitos, alimentación y todo lo que nos permita ubicarlas por sí solas (lo cual puede ser algo desafiante pero muy divertido). También debemos aprender cuál es la distancia máxima a la que nos podemos acercar de los animales que pretendemos fotografiar y reconocer cuándo nos están dando señales de que están estresadas para alejarnos.

En la fotografía de aves nocturnas, no recomiendo el uso del flash bajo ninguna circunstancia ni el uso de carnada o alimento. Debido a la intensidad de la luz que generan la mayoría de flashes, podemos ocasionarles daños considerables a los ojos de cualquier ave o si les tomamos foto en vuelo, podemos cegarlas temporalmente y ocasionar que se estrellen contra algún obstáculo, por lo que optar por linternas de mano de 100 lúmenes o menos será la mejor opción.

En mi caso me ha funcionado la siguiente técnica. En cuanto se tiene ubicado a un búho, el fotógrafo apunta su cámara hacia la especie mientras las luces están apagadas con la finalidad de tenerlo a cuadro, el fotógrafo se puede apoyar con una linterna de minero de baja intensidad o luz roja solo para ubicar en dónde se encuentra el ave. En cuanto se está listo para tomar las fotografías, se les pide a los acompañantes que portan las linternas, moverlas lentamente desde el suelo hacia la vegetación hasta iluminar al ave desde los lados (no hacerlo de frente). En cuanto está iluminada ya es posible enfocar y realizar las tomas necesarias. Aquí cabe resaltar también, que debemos reconocer cuántas fotos son suficientes y hacerlo en el menor tiempo posible, así como también aceptar que, si no logramos la foto que estábamos buscando, podremos intentarlo en otra ocasión.

En las imágenes de este artículo tenemos un ejemplo de lo que no se debe hacer en una fotografía nocturna. Note el brillo de los ojos en el búho café debido al flash y la expresión corporal del ave indicando que se encuentra estresada. En cambio, las otras dos fotos fueron realizadas de manera ética sin flash y a una distancia prudente, se puede observar que los búhos se encuentran relajados y se utilizaron dos linternas desde los lados durante breves segundos y las fotos se observan mucho mejores que cuando se utilizó el flash. Los invito a aplicar estos tips y comentarlas con sus conocidos que toman fotos de aves nocturnas, para que puedan lograr mejores tomas sin hacerle daño a estas hermosas especies.

Hasta la próxima.

Miguel A. San Martín Cruz

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