Orizaba, Ver.- El precio de la carne de pollo se ha elevado durante los últimos meses, al grado de haberse triplicado desde marzo a la fecha.
En algunos puntos de venta, el kilo de pechuga ya alcanza los 100 pesos, afectando directamente la economía de las familias, especialmente de las amas de casa, quienes han optado por comprar solo por piezas.
Ángela Avelina Celestino, encargada de la pollería Raúl del mercado Emiliano Zapata, explicó que el aumento constante ha generado una baja en el consumo.
“Ya no compran como antes, ahora solo se llevan las partes que pueden pagar. Unas patas, un muslo, o el hueso para caldos. La situación económica está muy difícil”, comentó.
De acuerdo con los precios actuales, el kilo de pechuga se ofrece a 100 pesos, las piernas con muslo en 75 pesos, las patas en 45 pesos y el kilo de hueso en 15 pesos.
Estos precios representan un aumento de al menos 25 pesos por kilo desde el mes de marzo, un ajuste que ha impactado los bolsillos de los consumidores.
Los comerciantes señalan que el alza no depende de ellos, ya que el precio les llega elevado desde los proveedores, quienes a su vez culpan a factores como el costo del alimento para aves, la inflación y el encarecimiento del transporte.
La incertidumbre persiste sobre si los precios seguirán subiendo en lo que resta del año.
Mientras tanto, en los mercados locales se refleja una realidad cada vez más evidente: las familias ajustan su dieta a la nueva realidad económica.
El pollo, que por años fue considerado una de las proteínas más accesibles, hoy es visto con cautela por quienes deben estirar el gasto diario para sobrevivir.
Juan José Enríquez