Nogales, Ver.- El reciente bloqueo del Relleno Sanitario Regional de las Altas Montañas, ubicado en la zona de Los Colorines del municipio de Nogales, ha expuesto la grave crisis ambiental y operativa que enfrentan al menos 28 municipios de la región de Córdoba.
Esta situación deriva de la clausura, desde enero de 2022, de la planta de tratamiento “Ecopark Cuitláhuac”, que representaba una alternativa sustentable para la gestión de residuos en la zona.
Desde su cierre, ordenado por la Procuraduría del Medio Ambiente (PMA), los municipios se han visto obligados a trasladar sus desechos hasta el relleno de Nogales, recorriendo distancias de entre 50 y 100 kilómetros.
Ecopark Cuitláhuac, antes de su clausura, procesaba cerca de 400 toneladas de basura diaria, con capacidad para reciclar hasta el 40 por ciento de los residuos mediante coprocesamiento y manejo especializado de materiales inorgánicos.
Actualmente, el relleno de Nogales, el único en operación en la región, recibe residuos no solo de la zona de Córdoba, Orizaba y Zongolica, sino también de municipios en las faldas del Pico de Orizaba, e incluso de ciudades foráneas como Tehuacán, Puebla y la capital de Oaxaca.
Se ha documentado la llegada diaria de hasta tres camiones tipo full provenientes de Oaxaca, lo que ha generado molestia entre habitantes que ven cómo su municipio se convierte en el "patio trasero" de otras regiones.
La sobrecarga de residuos en Nogales ha desatado preocupaciones sobre la inminente saturación del sitio, que podría llegar al límite de su capacidad en corto plazo, dejando a decenas de municipios sin un lugar adecuado para el manejo de sus desechos sólidos.
Vecinos y autoridades locales han exigido la intervención inmediata de la PMA para revisar las condiciones que motivaron el cierre de Ecopark Cuitláhuac, y evaluar la posibilidad de su reapertura.
Consideraron que esta planta ofrecía una solución integral y ambientalmente responsable, y su clausura ha traído consecuencias negativas tanto económicas como ecológicas.
Mientras tanto, con el relleno sanitario de Nogales cerrado temporalmente por el bloqueo y al borde del colapso, las autoridades de los 28 municipios afectados enfrentan un panorama crítico para el manejo de sus residuos, en una región donde la falta de alternativas se convierte en una amenaza creciente para la salud pública y el medio ambiente.
Juan José Enríquez