Orizaba, Ver.- El cambio climático es preocupante, pues afecta la salud humana, flora y fauna, aseguró el doctor en Ciencias en Recursos Energéticos y Productividad de la Facultad de Biología y Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana, Ricardo Serna Lagunes.
“Si no tenemos ecosistemas, no tenemos fauna, pues no contamos con los servicios ambientales que estos proveen como es el aire, el oxígeno, el agua y los recursos alimentarios”.
Señaló que el cambio climático de la región es detectado a través de modelos de distribución geográfica de las especies, pues estas pueden dar señales de cómo la zona ha tenido cambios respecto a temperatura, precipitación, entre otras.
“Nos indican si el ambiente es favorable o no, entonces nosotros con cámaras trampa, registros de presencia de especies, podemos saber qué sitios han estado cambiando en términos climáticos y entonces les damos un seguimiento, un monitoreo a las especies para poder entender cómo los efectos del cambio climático están afectando la distribución gráfica de esas especies”.
Mencionó que, como consecuencia de este fenómeno, se han registrado avistamientos de coyotes en la zona, lo cual es un indicador de cambio en la estructura del ecosistema y clima.
Sin embargo, admitió su preocupación por los animales que se encuentran en la parte alta del Pico de Orizaba, ya que también se encuentran linces, lo cual puede generar una interacción negativa con los caninos.
Agregó que también se cuenta con un reporte de una serpiente de cascabel, lo cual ha generado interés en los investigadores, ya que esta especie se encuentra a una altura límite de 3 mil 500 metros sobre el nivel del mar, mientras que ahora, yace en una altura de 4 mil 600 metros.
Destacó que este es un indicador de que la especie mantiene la capacidad para adaptarse a nuevos ambientes, pues busca sobrevivir.
“Es difícil que un reptil pueda adaptarse fisiológicamente a temperaturas bajas, pero también hace notar su aptitud para adaptarse a temperaturas convenientes para él”.
Serna Lagunes advirtió que estos cambios ya son notorios, debido a que se ha tenido la presencia de mapaches y tlacuaches en la ciudad, ya que no tienen los recursos alimentarios en su hábitat.
Ante esto, dio a conocer que la interacción entre fauna silvestre y humanos, puede generar transmisión de enfermedades zoonóticas.
“Al cambiar su entorno y no tener alimento, ellos van a las ciudades a buscar recursos”.
Juan José Enríquez