La definición etimológica de mantra nos lleva a la suma de dos vocablos: mans- “mente” y tra- “liberación”. Muchos traducen la palabra como “pensamiento”. En términos religiosos, el mantra es una frase o palabra sagrada que se recita como apoyo en la meditación o para invocar una divinidad.  

Y es que tal parece que el ciudadano gobernador Cuitláhuac García se ha impuesto, casi de manera religiosa, el repetir una y otra vez el mantra de que el fiscal, Jorge Winckler, es el responsable del grave tema de inseguridad que padecen las y los veracruzanos. Él y algunos de sus colaboradores no pierden oportunidad para señalar e imputar responsabilidad a la persona del titular de la Fiscalía General del Estado, sin darse cuenta que a quién dañan y debilitan es a la institución que por mandato de ley es la responsable de procurar justicia para los ciudadanos.

Tomando los vocablos que dan origen a la palabra mantra, tal parece que en la “mente” del jefe del Ejecutivo en el estado, la única manera de que Veracruz se vea “liberado” de todos sus males, es logrando la destitución o la renuncia del fiscal Winckler. La primera opción que tiene, vía el Congreso del Estado, le ha fallado, aún contando con la mayoría y control del Legislativo; ante la segunda, se ve muy difícil, que el abogado Jorge Winckler vaya a renunciar. Y más allá de cuestionar su desempeño, es claro que su renuncia o destitución afectaría el sistema democrático.

El día de ayer Congreso del Estado fue notificado por parte de un Juez Federal que dio entrada al juicio de amparo promovido por el Fiscal Winckler, contra el juicio político que impulsaron los diputados de Morena y no lograron la votación requerida para ello. Pero también, el día de ayer, los Secretarios de Gobierno y de Seguridad Pública de Veracruz, acompañados por los Diputados Locales de Morena, interpusieron una demanda contra el fiscal por omisión de labores de procuración de justicia.

Estas acciones solo visualizan incapacidad del gobernador, su gabinete y su partido en el estado. El hecho de endosarle la responsabilidad al gobierno federal demuestra que las cosas no les están saliendo bien. Por más espaldarazos que le den al gobernador Cuitláhuac parece que no quiere o no puede despegar. Y en caso de que Winckler llegara a renunciar, ¿a quién le echarán la culpa?, ¿quién será el responsable de los problemas del estado?

Entonces, mientras las instituciones que deben proveer seguridad y justicia a los ciudadanos están en una pelea a muerte, las bandas del crimen organizado y los delincuentes siguen sembrando el terror en todo el suelo veracruzano, que día a día se empapa con la sangre de criminales, pero lo que es más grave y lamentable, con sangre de gente inocente, de ciudadanos que sin deberla ni temerla han sido presas de la inseguridad.

¿Hasta cuándo dejarán de pelear? ¿Hasta cuándo dejarán de repartir culpas, para justificar sus incompetencias u omisiones? ¿Cuánto más podrán soportar los veracruzanos? ¡Pobre Veracruz! Cuando parecía haber un rayo de esperanza, ante las tempestades vividas, parece que la tormenta arreciará más.

*** De Chiripa: En el tema de las patrullas tiene una tarea muy difícil el secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima, ante las cuentas y números que no acaban de convencer a nadie. Sí, el gobierno tiene un nuevo frente abierto, no puede con uno y ya se le viene otro.

Por: César Jiménez Martínez