“Justicia no venganza” se tituló mi comentario del 25 de julio del 2017, ahí decía: “Justicia implica sanción y consecuencia jurídica a quien delinque y con ello resarcir, aunque sea en parte, a quien ha sufrido por el delito. Justicia sin la cual no hay bien común. Justicia porque la impunidad carcome las condiciones elementales de perfeccionamiento o de desarrollo integral del ser humano. Justicia sin la cual tampoco hay seguridad, ya que la impunidad es el estímulo más poderoso, el incentivo más destructivo e interminable que hace que el delincuente, que observa que se puede delinquir sin que al final pase nada, vuelva a cometer acciones delictivas y las multiplique".
Cuando hay alternancia en el gobierno, sea a nivel federal, estatal o municipal, es normal que el gobierno entrante haga una revisión exhaustiva de la administración saliente, para detectar las irregularidades, arbitrariedades, ilegalidades que se hubiesen cometido y proceder contra los que resulten responsables.
En nuestro estado, la rivalidad entre el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, fue muy intensa. Hubo señalamientos, descalificaciones, agravios por ambas partes. La nominación del hijo del exgobernador a la candidatura, vía la alianza política entre el PAN, el PRD y MC, hizo que viviéramos una campaña intensa, con un final impredecible e histórico, dando el triunfo contundente al candidato de Morena y actual gobernador Cuitláhuac García y una mayoría simple en el Congreso local. La entrega recepción de gobierno, no fue la mejor y se hizo a marchas forzadas.
El actual gobierno del estado se ha dado a la tarea de realizar una profunda revisión del actuar de la pasada administración. Se han encontrado irregularidades en algunas secretarías y se están armando las carpetas con las suficientes evidencias, para poder presentarlas ante las instancias judiciales correspondientes.
Un ejemplo, es la Secretaría de Educación de Veracruz, que encabeza el cordobés Zenyazen Escobar, donde encontraron que existían más de mil trabajadores de los que se conocen como "aviadores", así como la adjudicación de 77 plazas de manera ilegal, construcciones "fantasmas" o inconclusas en la dependencia de Espacios Educativos. El Secretario ha manifestado que más que tratarse de una persecución política o "cacería de brujas" - como se dice- se trata de buscar que se aplique la ley contra aquellos servidores, de cualquier nivel, que actuaron en la ilegalidad, de manera corrupta, desfalcando al erario público. Ante ello no se puede, ni se debe, permanecer indiferentes, omisos y menos cómplices, se tiene que actuar con responsabilidad, apegados a derecho y proceder en favor del estado y los ciudadanos.
Se espera que la actuación del Fiscal General Jorge Winckler sea apegada a derecho, con transparencia, autonomía y sin buscar favorecer a intereses o personas, con las que en el pasado reciente compartía ideales, proyectos y con las cuales tiene amistad. La Fiscalía General del Estado está para procurar justicia a los veracruzanos. No se debe politizar el tema de la justicia y menos manipularla.
Evidentemente, el Fiscal está (una vez más) en una prueba de fuego, en donde se podrá corroborar que el juicio político que se pretendía hacer en su contra fue un asunto político y no un tema de capacidades. Es el momento indicado para mandar un mensaje a la ciudadanía y al interior del gobierno que las instituciones trabajan con un mismo objetivo, más allá de las diferencias entre los titulares de éstas. Hay que recordar que en política cualquier ventana es una oportunidad y en ésta todos pueden salir ganando, incluso la ciudadanía que ha sido olvidada por mucho tiempo.
#DeChiripa: El que fue a denunciar a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado, salió con una notificación en las manos, sobre que hay una carpeta de investigación en su contra. La forma es fondo y mal hizo la Fiscalía en esperar a que fuera el Secretario a sus instalaciones para hacerle la notificación. ¿Es intimidación, amedrentación o venganza?
Por: César Jiménez Martínez