En un planeta cambiante con una pandemia que continúa amenazando a la humanidad, un sector de hidrocarburos volátil, una crisis climática que apremia y una transición energética que avanza progresivamente en varios puntos del planeta. Aquí les platico todo ello.
Las empresas petroleras encaminan sus esfuerzos hacia la rentabilidad, la eficiencia y la productividad. Esto ha traído una serie de ajustes en diversos puntos del planeta, pues los rebrotes por COVID19 traen consigo un vaivén en la demanda de combustibles y, por tanto, un estrés en el mercado. Nadie quiere arriesgarse en un planeta convulso con tanta incertidumbre.
Pero ¿por qué se habla de un decremento gradual en el consumo de combustibles después de la pandemia? Esto obedece y según especialistas, a que el confinamiento ha mostrado la viabilidad del home office con ayuda de las herramientas tecnológicas. Esto implicaría reducir la necesidad de viajar y por tanto de un menor consumo de gasolinas. Es más, la británica BP estima que podríamos haber llegado al “peak oil demand” o el pico de la demanda de petróleo.
La carrera de las grandes petroleras por diversificar su modelo de negocios es una realidad. Ahí tenemos a las firmas como Chevron, Eni, Exxon, BP, Repsol y Total, quienes traen una marcada apuesta por mitigar sus emisiones y extender sus horizontes hacia las energías limpias, con plazos y meta bien definidos.
Todo esto obliga a Petróleos Mexicanos a replantear su estrategia, una empresa que trae consigo un endeudamiento brutal requiere que sus planes se definan minuciosamente. Tiene que seguir avanzando en exploración y descubrimiento para sumar reservas que sean comercialmente explotables. De lo contrario el ritmo de producción tendrá un declive más pronunciado en los próximos años.
Ing. Alejandro Baizabal
Twitter: @alexbaiz
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