El día de ayer, los británicos tuvieron que resolver una pregunta que el mundo no se esperaba que se planteara; si Reino Unido debía seguir siendo parte de la Unión Europea, o no. La respuesta fue no, con un 52% de los votos a favor de abandonar la UE y un 48% que buscaba la permanencia la decisión se tomó, el mundo colapsó con la noticia y alrededor de las 2 de la mañana (tiempo de México) David Cameron, Primer Ministro ingles presentó su renuncia.

El mundo amaneció con una historia y una economía muy diferente a la que había dejado la noche anterior, la incertidumbre invade a quienes se adentran en este tema y la economía se tambalea ante esta situación.

Hay varios puntos por analizar aquí; en primera, no se puede saber a ciencia cierta que es lo que esta decisión conllevará porque nunca antes en la historia de la Unión Europea (antes Comunidad Económica Europea) algún país había buscado la salida, muy al contrario, este sueño europeo era un proyecto que sumaba estrellas, jamás restaba, lo vimos hace algunos meses con el famoso “Grexit” (la crisis en Grecia y la decisión sobre su salida de la UE) , el sueño y orgullo europeo fue tan fuerte que se apegaron al proyecto que se había creado 43 años atrás. Digamos que el capitulo de “¿Que pasa cuando un país decide abandonar la Unión Europea?” esta escrito en teoría, pero jamás se ha llevado a la practica, por lo que todo es incierto. Lo cierto es, que esta decisión (para algunos egoísta) representa una posible caída del sueño y proyecto europeo, creado en un principio con la idea de unificarse para ser más fuertes, Gran Bretaña hoy abrió o más bien creo una puerta que no existía, y al abrir esta posibilidad no podemos descartar que otros países decidan usarla.

¿Que movió a los británicos a tomar esta decisión? Aquí viene lo preocupante, no solo porque las otras potencias mundiales NO querían que Gran Bretaña tomará la decisión de salir, sino por que este referéndum se le atribuye a UKIP, partido nacionalista que en las últimas elecciones parlamentarias obtuvo el 13% de los votos y que fue uno de los principales impulsores del Brexit. Esta idea de “salir de la UE” sonaba desde el 2012 (inicio del Grexit), por años Reino Unido había tenido una relación compleja con la Unión Europea, a principios de este año David Cameron negoció nuevas condiciones “especiales” para el país, en caso de que los británicos decidieran permanecer. Digamos que Cameron buscaba una terapia antes del divorcio. Los defensores de esta salida argumentan que la Unión Europea es un obstáculo para el crecimiento de Gran Bretaña, que pone “más” a la caja común de lo que recibe y buscan también recuperar el control de sus fronteras, reduciendo el número de extranjeros que llegan al país en busca de trabajo (idea bastante preocupante).

En porcentajes, esta decisión la tomaron los adultos mayores británicos, quienes conocen la vida dentro y fuera de la Unión Europea, mientras que la mayoría de los “millenials” votaron a favor de permanecer, no olvidemos que esta generación de jóvenes nació ya bajo este proyecto europeo y no solo no conoce algo diferente, sino que con esta decisión perdieron el derecho de vivir y trabajar en 27 países diferentes (los Britanicos también pierden).

Aunque no es definitiva esta decisión porque los parlamentarios podrían echarla para atrás, los analistas consideran que ir en contra de la decisión de la mayoría sería un suicidio político.

Personalmente hablando, me preocupan varios temas además de los económicos, me preocupa la intolerancia, la desunión y la regresión de estos ideales de superioridad y fronteras cerradas. Gran Bretaña está dividido internamente, los porcentajes de votación que marcaron esta decisión son casi del 50 y 50 por ciento, esto habla de que casi la mitad de sus ciudadanos al no estar de acuerdo con esta decisión van a tomar a mal cualquier consecuencia negativa que esto contraiga. Un país dividió internamente jamás es algo bueno. Ejemplo de ello es la renuncia de David Cameron, misma que se llevó a cabo no por fracaso ni por temor, sino porque no puedes gobernar cuando tienes al parlamento en contra.

En segunda, la idea “egoísta” que ellos llaman nacionalista de cuidar sus fronteras de los extranjeros viene a hacerme mucho ruido en la era de “Donald Trump”, y aunque no quiero hablar del Sr. porque me parece absurdo hacerle más publicidad de la que merece las ideas de fronteras cerradas que es lo que el fomenta es también lo que precisamente Europa había logrado erradicar. Por coincidencia, Trump estaba en Escocia el día del referéndum y del Brexit, y dió un discurso en donde aplaudía que quisieran “recuperar a su país”. Si bien, esté señor no define la economía mundial, el radicalismo que esta fomentando es bastante grave y la coincidencia en tiempos con esta decisión británica podría llegar a fomentar ideas que la misma historia nos ha enseñado que no llevan a nada.

A mi parecer, los lazos tan tensos que deja esta decisión se tienen que solidificar con prudencia y con cabeza fría. Europa esta “lastimada” con el invitado que decidió abandonar su fiesta, potencias mundiales como Alemania, Francia y Estados Unidos estaban en contra de esta salida y el orgullo Británico esta intentando igualar esta autonomía como país. Las consecuencias del Brexit apenas comienzan, un nuevo capitulo se abre en esta nueva historia y lo fatal o no que esto pueda resultar será consecuencia de las negociaciones que se lleven a cabo entre la Unión Europea y Gran Bretaña, el proceso puede llevar hasta dos años, pero definitivamente hablamos de un terreno incierto y de una situación nunca antes vivida.

Marisa López Collado