Xalapa vuelve a ser azotada por una ola de violencia, tocando las puertas de los ciudadanos, que ha robado la tranquilidad y paz de cada uno de los habitantes de la ciudad capital. Día a día, semana tras semana, vamos siendo testigos de un sinnúmero de acontecimientos delictivos, que vulneran la vida, integridad y bienes materiales de los xalapeños. Los índices de violencia que el gobierno presenta, parecen ser muy diferentes de la percepción pública y más bien se respira un clima de incertidumbre y miedo entre la población. 

Sabemos que la autoridad municipal es la primera responsable de la gobernabilidad en nuestra ciudad, es su deber cumplir y hacer cumplir la ley. Aunque años atrás, el tema de la seguridad pública en Xalapa ha sido absorbido por el gobierno estatal (incluso federal), librando al alcalde y su cabildo de tan enorme responsabilidad. ¿Los resultados? Los tenemos a la vista. 

No es de extrañar que casi todos los candidatos a la alcaldía de Xalapa, proponían el regreso de la policía municipal, la creación de una policía de proximidad, policía de barrio o comunitaria e incluso algunos hablaban de una policía metropolitana. Y es que, independientemente de las atribuciones constitucionales que en materia de seguridad tenga el gobierno federal y estatal, el gobierno municipal no puede desentenderse y menos deslindarse de un tema tan fundamental en la vida de la sociedad. 

A diferencia de declaraciones pasadas, por primera vez el alcalde de Xalapa ha reconocido que: “Xalapa no está pasando por un buen momento”. Como decíamos al principio, el ciudadano está siendo testigo de la escalada de violencia, por la cual está atravesando la ciudad. El munícipe señaló que “hay delitos que van a la baja, pero hay otros que han tenido un reporte como es el robo a casa habitación o propiamente las ejecuciones que en Xalapa ya se están contando todos los días”. Es bueno que la autoridad municipal sea consciente de la crisis por la que se está atravesando, pero no da tranquilidad, pero sólo se queda como una declaración de banqueta. Uno esperaría de la autoridad más próxima, acuda al gobierno estatal para que en conjunto se aborde el tema de manera profunda para buscar una solución lo más pronto y efectiva posible. En otras ocasiones, el alcalde ha señalado, que el gobierno municipal ha cumplido puntualmente con los recursos hacia la secretaría de seguridad pública para que la ciudad esté protegida, pero no basta que sea sólo un tema de dinero y menos de deslindes, los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), deben cumplir con sus responsabilidades constitucionales, apegados a derecho, para proveer de seguridad a los ciudadanos. 

Y es que las consecuencias, de la ausencia de autoridad, se están haciendo notar. Pues, hasta el momento, en tres unidades habitacionales los vecinos se han organizado para realizar tareas de vigilancia. Así está el nivel de inseguridad y usted lo puede constatar en un buen reportaje periodístico realizado por este medio de comunicación, Oliva Noticias. 

Es lamentable que los ciudadanos tengan que llegar a cubrir tareas de gobierno, pero sobre todo es peligroso que se llegue al exceso de una anarquía, donde alguien por el simple hecho de ser sospechoso (a criterio de los vecinos) pueda ser violentado en sus derechos humanos. 

Esperemos que vengan tiempos mejores para nuestra ciudad, en verdad las autoridades involucradas tomen cartas en el asunto, pongan los puntos sobre la mesa y de ser necesario, se cambie la estrategia hasta ahora seguida.